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El
7 de enero de 1980, Gay Talese recibió una carta de un hombre que le
comentaba que había comprado un motel en Denver y espiaba a sus
huéspedes. Treinta y seis años después, el escritor publicó el
libro que tengo entre manos. En él se describe la vida de Gerald
Foos, se transcriben muchas de las partes que escribió de su "Diario
de un voyeur" y se dan a conocer las costumbres de sus
visitantes.
El
Motel Manor House fue adquirido por Gerald en 1965 y empezó su
diario en noviembre de 1966. Debajo del tejado a dos aguas del motel
tenía su "plataforma de observación", donde a través de
agujeros en el techo y tras colocar rejillas, observaba a sus
clientes. En él, contempló a sus huéspedes, sin su consentimiento,
mientras veían la televisión, comían, discutían o practicaban
sexo. Incluso, fue testigo de un asesinato.
Durante
varios años, Gerald prohibió a Talese que publicara su nombre
completo (motivo por el que la publicación ha tardado tanto en ser
desvelada). Durante todos esos años mantenían correspondencia e,
incluso, el autor visitó el motel y vio a través de las rendijas a
clientes, en 1980. La mujer de Gerald también era partícipe. En
1991 compró otro motel, se volvió a casar y en 1995 se jubiló
y vendió ambos moteles.
Hay
varias partes en las que el comportamiento de Gerald me ha perturbado
más de lo normal. También me ha sorprendido que ambas esposas
también le ayudarán. E, incluso, el escritor al tener conocimiento
del asesinato que se produjo en el motel y no revelarlo a las
autoridades, no sé hasta que punto puede llegar a ser cómplice...
Sin duda, es un libro inquietante, no sólo se descubren las
anotaciones de Gerald y su vida, sino también la historia de la
sociedad de Colorado (sus hábitos sexuales, su higiene personal...).
Durante el libro, aparecen páginas con fotografías, lo que da más
crédito y hace que la lectura, sobre un espectador compulsivo, sea
adictiva.
"Nadie
cobra menos por hora que un voyeur"
He
de decir que me ha fascinado y perturbado al mismo tiempo. Me ha
hecho reflexionar sobre la evolución de los hábitos sexuales y la
privacidad. También me ha asombrado la ambigüedad de Gerald, quien
tras varios años espiando a sus huéspedes sin consentimiento
(incluso siguiéndolos a sus domicilios), prefiere estar en el
anonimato y le molesta que el Gobierno de Estados Unidos grabe
constantemente y registre a sus ciudadanos. Desconozco, por qué
finalmente decidió hacer público su nombre y, por lo tanto, su
historia; ¿por narcicismo? Ya que el voyerismo está clasificado
como delito sexual en el Reino Unido, Canadá y Estados Unidos.
Por
último, aunque el motel ya no era suyo, he encontrado una reseña de
un usuario de Google publicada en 2012, que escribió lo siguiente:
"No
hay champú, no hay habitaciones para no fumadores, no hay control de
la calefacción, no hay huéspedes alojados, no hay servicio de
habitaciones todos los días y piden 50$ por noche. En el baño hace
frío, no hay toallas de mano y las toallas de cuerpo son pequeñas.
Compré lo que necesitaba en una tienda cercana. El propietario debe
mejorar el servicio".
¿Pensáis que habrá propietarios, de establecimientos en los
que nos alojamos, que sean voyeristas y estén espiándonos?
Título: El motel del voyeur
Autor: Gay Talese
Editorial: Alfaguara
Año de edición: 2017
Páginas: 232
ISBN: 978-84-204-2663-1
Más información: El motel del voyeur
Madre mía que inquietante la historia, y más sabiendo que es una historias real. Miedo me da alojarme en ningún hotel no sea que haya gente tan enferma como los regentes de ese hotel. Supongo que en la mayoría e los sitios no es así, pero por si acaso la próxima vez que vaya a un hotel, tendré en cuenta las rejillas de ventilación.
ResponderEliminar¡Hola! Sí la verdad, yo también estaré pendiente de las rejillas, no vaya a ser... Como en casa en ningún sitio. ¡Nos leemos!
EliminarInquietante, desde luego, es. No puede una fiarse de nadie. Pero no creo que lo lea.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Hola! Muy inquietante. Además, sabiendo que es una hisyotia verídica, te hace pensar sobre el tema. ¡Nos leemos!
EliminarPrefiero no pensar si me espían o no, pero he estado en algún hotel que por alguna extraña razón había un agujero en el las duchas... prefiero no pensarlo. Aun así este libro lo tengo apuntado para leer. Besos
ResponderEliminar¡Hola! Mejor no pensar en esos agujeros sospechosos... Espero tu opinión cuando lo leas. ¡Nos leemos!
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